ROSTROS INVISIBLES DE LAS VIOLENCIAS


 

En Colombia el conflicto armado y el desplazamiento tiene cara de mujer.

ADELAIDA JIMENEZ

Vicerrectora de Asuntos Académicos de la Corporación Universitaria Reformada de Colombia. Teóloga y pastora. Licenciada en Educación. Miembro del Movimiento Amplio de Mujeres

En 2016 el plebiscito sobre el Acuerdo de Paz entre FARC y Estado colombiano fracasó sobre todo porque fue un acuerdo que se construyó con perspectiva de género: se reconocían a las mujeres como víctimas directas e indirectas y a comunidades LGBTI+. Esto fue blanco del discurso fundamentalista de iglesias y sociedad, que veían un ataque a la familia tradicional. El resultado dificultó la aplicación de un enfoque que ayude a relevar las violencias que sufren las mujeres. En el marco de la pandemia, los femicidios aumentaron y mujeres pasaron a estar 24/7 con su agresor. En este contexto las iglesias deben pensar una relectura de su misión en base a hermenéuticas con perspectiva de género. Las mujeres de fe deben participar del movimiento social, hacer entender que las violencias de género también constituyen una pandemia.

Acuerdo de Paz entre las FARC – Estado Colombiano |

¿Trabajamos con un enfoque de género en nuestra comunidad? ¿Visibilizamos o invisibilizamos las violencias?

 

Un comentario

  1. Preguntas para reflexionar

    ¿Trabajamos con un enfoque de género en nuestra comunidad? ¿Visibilizamos o invisibilizamos las violencias?

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