¡Qué cese la epidemia del feminicidio!
El tiempo litúrgico de la Cuaresma, es propicio para recordar la promesa de Jesús “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10 RVC) y desde ahí, hacer algunas consideraciones a partir de las vivencias actuales, de la trascendencia e implicaciones del 8 de marzo, como Día Internacional de la Mujer