Como mujeres cristianas, hacemos un llamado a conservar la esperanza en que otro mundo es posible y que la lucha por la dignidad plena para todas y todos es necesaria. Solo así se podrá tener una vida libre de violencias.
A los 38 años de haberse iniciado la conmemoración del Día Internacional contra la Violencia de Género, parece que hay un retroceso en cuanto a los derechos de las mujeres en todo el mundo. Se han incrementado y se han diversificado las formas de violencia contra las mujeres. Es por ello que expresamos nuestra indignación y repudio frente a tal situación.
En lo que corre de 2019 hemos sido testigos de cómo la ola de medidas neoliberales que nos azotan, tienen una de sus bases ideológicas en el fundamentalismo religioso. Con esto se refuerza los cuerpos de las mujeres como escenarios de guerra y territorios de conquista. Aunque hemos tenido algunos avances, se sigue recargando la responsabilidad de los cuidados de la vida sobre las mujeres y con eso se incrementa la desigualdad de género. Como consecuencia de esto, vemos que cuando se ha salido a ejercer los derechos de protestas en diferentes países del continente, las fuerzas policiales y militares se ensañan en el abuso de autoridad contra las mujeres.
En Chile hay 19 denuncias de violencia sexual por parte de los carabineros a las mujeres que apresaban durante las protestas contra el Gobierno de Piñera. El asesinato de Daniela “La Mimo” Carrasco ha conmocionado al mundo: la artista callejera de 36 años, fue encontrada ahorcada y colgada de una reja en su barrio porque los carabineros querían “dar un ejemplo” de lo que les podría pasar a las mujeres que encabezaran las protestas. conmocionado al mundo.
La falsa concepción de una “ideología de género” ha servido para promover retrocesos de los derechos humanos y de los derechos de las mujeres en toda América Latina. Y esto se hace desde los discursos fundamentalistas. Ejemplo de esta violación de derechos es Bolivia. En esa nación andina, recientemente la Biblia ha sido utilizada como un arma para quitar del poder a un Gobierno democráticamente electo, como bien se denunció en la declaración de AIPRAL sobre Bolivia. El trato despiadado contra las mujeres indígenas y las legisladoras que no están de acuerdo con el Golpe de Estado en esa nación andina, deja claras las intenciones de un Gobierno autonombrado que atenta contra la cultura ancestral de un pueblo y especialmente contra las mujeres de esa cultura.
A pesar de todas estas circunstancias, como mujeres cristianas hacemos un llamado a conservar la esperanza en que otro mundo es posible y que la lucha por la dignidad plena para todas y todos es necesaria.
Solo así se podrá tener una vida libre de violencias.
El deseo de los humildes [de las mujeres] escuchas, oh SEÑOR; tú dispones su corazón y tienes atentos tu oído para juzgar al huérfano y al oprimido [a la huérfana y a la oprimida], a fin de que el hombre de la tierra no vuelva a hacer más violencia.
Salmo 10:17-18