El derecho a migrar

Desde el sábado, cientos de migrantes intentan cruzar la frontera entre Honduras y Guatemala, con destino los Estados Unidos de América. El Ejército y la Policía Nacional guatemalteca reprimieron violentamente en diferentes oportunidades a la caravana migrante, compuesta por quienes buscan mejores oportunidades, que no encuentran en sus lugares de origen a causa de la crisis económica y social, acentuada por la pandemia y los efectos devastadores de los últimos huracanes Eta e Iota.

Compartimos a continuación el mensaje del Comité Ejecutivo en la voz de nuestro Secretario Ejecutivo, denunciando la situación e instando a las autoridades a garantizar el derecho a migrar.

La violencia y la represión que se encontraron (las y los migrantes) al ingresar a territorio guatemalteco no son respuestas ni deseables ni eficaces. Es necesaria que la compasión y la solidaridad sean las bases de toda acción ante esta caravana sufriente que camina soñando alguna oportunidad.

 

A continuación, la declaración completa:

Uruguay, 19 de enero de 2021

 

El Evangelio de Mateo brevemente relata la migración de José, María y Jesús a Egipto:

Un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto y estuvo allá hasta la muerte de Herodes.

Mateo 2:13-15

No obstante su brevedad, este texto deja claro que la migración de Jesús y su familia a Egipto fue una migración forzada. José, María y Jesús migraron para salvar sus vidas.

En estos días una nueva caravana de mujeres, hombres, niñas y niños se inició en Honduras, en búsqueda de una oportunidad de vida. En sus rostros se puede notar esa mezcla extraña de miedo y esperanza, tal vez la misma que tuvieron Jesús, María y José.

Muchas, muchos se han ido sumando en el camino. Las catástrofes de los huracanes Eta e Iota, la violencia de grupos armados y bandas de narcotráfico, la crisis económica acentuada aún más por la pandemia y la corrupción, las pocas oportunidades y aún menos esperanzas son algunas de las causas detrás de estas caravanas. Asumen inmensos riesgos, pero la mayoría ha perdido todo o casi.

La violencia y la represión que se encontraron al ingresar a territorio guatemalteco no son respuestas ni deseables ni eficaces. Es necesaria que la compasión y la solidaridad sean las bases de toda acción ante esta caravana sufriente que camina soñando alguna oportunidad.

El estado de Guatemala en su decreto 44-2016 reconoce el derecho a migrar, diciendo: “El Estado de Guatemala reconoce el derecho de toda persona a emigrar o inmigrar, por lo cual el migrante puede entrar, permanecer, transitar, salir y retornar al territorio nacional conforme la legislación nacional.” (artículo 1)

En tal sentido solicitamos en primer lugar al estado guatemalteco, pero también a los otros estados de la región involucrados, incluidos Honduras, El Salvador, México y los Estados Unidos de Norteamérica, respuestas coordinadas que hagan honor al derecho de las personas a migrar y que se reconozcan y se procure la transformación de las situaciones de fondo que fuerzan la migración.

Invitamos a nuestras iglesias miembros y a todas las personas de fe a orar por estas hijas e hijos de Dios que migran, así como por los países de los cuales salen, por los cuales transitan y hacia los cuales se dirigen. Invitamos a las comunidades de fe y a toda persona de buena voluntad a dedicar esfuerzos y recursos para acompañar la situación de millones de migrantes en nuestras comunidades, a practicar la hospitalidad a la que nos llama nuestro Señor Jesucristo (1 Pedro 4:9 – Hebreos 13:2) y a transformar las causas profundas de sufrimiento de nuestros pueblos que causan migración forzada.

Rev. Darío Barolin

Secretario Ejecutivo