Laura Gómez es colombiana, pertenece a la Iglesia Presbiterian de Colombia y es actualmente pasante por un año en la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR). «me gustaría ver qué ideas innovadoras se pueden presentar para convocar a la juventud a las iglesias, para que sientan que están en un lugar seguro y para debatir temas tan importantes como las crisis económicas, su impacto y cómo combatirlas».
El movimiento ecuménico crea «más formas de conocer a Dios», nos comparte Laura Gómez, la pasante recién llegada a la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR).
Gómez, cuya membresía está en la Iglesia Presbiteriana de Colombia, nos dice que «participar en el movimiento ecuménico es una oportunidad que todos las personas creyentes deberían aprovechar». «Ofrece un mensaje de esperanza a todas las iglesias para que dejen a un lado sus rivalidades y puedan entender lo que dice la palabra de Dios en Gálatas 3:28: ‘Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.’».
Gómez ya tiene una amplia experiencia en el movimiento ecuménico, pues ha representado a su denominación varias veces ante el Presbiterio de Seattle (EE.UU.) y ha participado como steward en la XI Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias en Karlsruhe (Alemania). También es presbítera gobernante en su congregación.
Su decisión de postularse al programa de pasantías de la CMIR fue una combinación de esta pasión con sus estudios de negocios internacionales. «Trabajar para la CMIR pone en práctica mis conocimientos a nivel administrativo, me ayuda a aprender un poco más sobre cómo se mueven las iglesias y las entidades ecuménicas y, sobre todo y lo más importante para mí, da la oportunidad de realizar mi trabajo en nombre de Dios», afirma.
«Como mujer joven e integrante activa de una iglesia, me gustaría aprender un poco más sobre el quehacer teológico y económico en relación con la juventud y con las mujeres en el ámbito ecuménico/religioso», afirma.
«Soy consciente de las enormes dificultades que atraviesan hoy en día las iglesias a nivel global por la falta de jóvenes y por su desinterés por estos espacios que, para mí, son muy importantes a nivel espiritual porque ayudan a formar a las personas en cuerpo y alma», expresa Gómez. «Me gustaría ver qué ideas innovadoras se pueden presentar para convocar a la juventud a las iglesias, para que sientan que están en un lugar seguro y para debatir temas tan importantes como las crisis económicas y el impacto que estas pueden tener en el futuro de las y los jóvenes, y cómo combatirlas.»
En su año como pasante, Gómez espera «crecer profesional y espiritualmente» y que se le presenten «muchas oportunidades para seguir trabajando con este hermoso equipo sintiendo la presencia de Dios cada día, cada hora, cada momento.»
Ya está planeando, además, los próximos pasos en su vida: «Cuando termine mi carrera en negocios internacionales, me gustaría estudiar teología para interpretar la Biblia de una manera más profesional, ampliar mis conocimientos sobre religiones y mejorar mi predicación para cuando tenga que asumir la predica en la iglesia.»
El programa de pasantías de la CMIR ofrece a personas jóvenes altamente cualificados la oportunidad de participar de una valiosa experiencia trabajando con una organización ecuménica internacional. Como parte de los objetivos de desarrollo de liderazgo del programa, las personas pasantes reciben una variedad de experiencias y responsabilidades dentro de la CMIR. Prestan asistencia a las oficinas de programas, participan de manera plena en los equipos de personal y se les asignan proyectos de nivel ejecutivo para su realización.
El programa está patrocinado por la Evangelische Mission Weltweit (EMW, por sus siglas en alemán), así como por donaciones de las iglesias miembros.