El Núcleo de Apoyo al Ministerio Femenino de la Iglesia Presbiteriana Independiente de Brasil (IPIB) convocó a un Congreso de Pastoras y Licenciadas «Mujeres que pastorean con coraje». En ocasión de celebrarse 23 años del ministerio pastoral femenino en la IPIB, el evento considerado como «histórico» por sus protagonistas, se desarrolló del 25 al 27 de julio y contó con la intervención de diferentes panelistas, incluyendo a Blanca Geymonat Gonnet, Directora del Departamento de Mujeres de AIPRAL.
Las actividades tuvieron como punto de inicio el culto celebrado en las instalaciones de la Universidad UniCesumar en Maringá, ciudad del estado de Paraná donde se desarrolló el evento, previo a la Asamblea General de la IPIB. Participaron diferentes autoridades de la Iglesia, entre ellas la encargada del Núcleo de Apoyo al Ministerio Femenino, Rvda. Priscila Madeira Kume, quien compartió el sermón durante la celebración.
Como rezaba su convocatoria, el propósito del Congreso es promover un tiempo de edificación mutua, para ser ministradas por Dios, pero también para ministrarnos unas a otras. Será un tiempo de renovación, de refrigerio, de conocernos y hacer nuevas amistades, estrechar lazos y animarnos a cumplir las obras que Dios tiene preparadas de antemano para nosotras y para el rebaño que nos ha confiado!
Las expositoras fueron la Rvda. Madeira, la Rvda. Jennifer Haddox de la iglesia ECO de Estados Unidos, la pastora Mara Araújo Pedro, de la Iglesia Metodista de Brasil, la Rvda. Odete Liber de la Iglesia Episcopal Anglicana de Brasil y la pastora Romi Márcia Bencke de la Iglesia Evangélica Luterana de Brasil. Además, compartió sus palabras y una breve reflexión bíblica la directora continental de mujeres de AIPRAL, Blanca Geymonat Gonnet, quien además introdujo a las y los presentes a los cometidos de la Alianza y los «sueños» del área de Mujeres en particular.
(…)Al principio dije que me gustaría compartir sueños, desde el departamento de mujeres de Aipral nos gustaría leer juntas la Palabra de Dios desde esta mirada de mujeres, que nos dignifica y nos valoriza, nos gustaría fomentar vínculos sanos para crear comunidades sororiales y fraternales, donde el cuidado sea parte del milagro y no una carga que debemos asumir las mujeres. Porque esas cargas, muchas veces agobiantes, no reconocidas, no nos permiten hacer propuestas, participar en acciones, para dar testimonio del Reino por venir.(…)
Blanca Geymonat Gonnet
Las participantes al congreso señalaron a Blanca que se trató de un evento histórico que reunió a mujeres de todos los rincones de Brasil para fortalecer su tarea pastoral y reconocer el coraje de quienes fueron tejiendo la realidad actual del pastorado femenino en la IPIB. Desde 1930 ya había mujeres estudiando teología, pero recién en 1991 se da un fuerte impulso del movimiento y se empieza a ordenar a mujeres presbíteras y a incorporar profesoras, para en 1999 contar con el reconocimiento del ministerio pastoral para las mujeres. En el Congreso se aprecia como se reconoce el proceso como una historia colectiva de mujeres, y algunos hombres, que enfrentaron los prejuicios y fueron perseverantes con la «vocación de mujeres y hombres que nunca desistieron por entender que la vocación de Dios es para para todos los ministerios y es para mujeres y hombres» como cita la liturgia del evento.