Dios llama a hombres y mujeres a su Iglesia

La Asamblea General de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas acordó la adopción de una Confesión de fe sobre la ordenación de mujeres en las iglesias miembro de la Comunión Reformada, entre otras decisiones relativas a la equidad de género.

Las iglesias de la CMIR se comprometen ahora a que nuestra práctica común sea recibir en el ministerio ordenado a las mujeres que experimentan ese llamado y que demuestren los dones necesarios para el liderazgo y el servicio en los ministerios de la iglesia. Su contratación y cualquier compensación se determinarán en la misma base que para los hombres.

La Confesión responde a las recomendaciones realizadas durante la pasada Asamblea General de 2010 en Grand Rapids, Estados Unidos de América. En esa oportunidad, la pre-asamblea de mujeres señaló la desigualdad en la participación de mujeres en instancias de toma de decisión, así como en el ministerio pastoral, tanto en las iglesias miembro como en la estructura de la Comunión. Surge del plenario el compromiso por la plena coparticipación entre géneros en las mencionadas instancias, afirmando que:

La verdadera unidad no puede realizarse en un contexto en el que no se reconoce el llamado de Dios a las mujeres para desarrollar sus dones en el ministerio de la Palabra y el Sacramento.

 

Con estos antecedentes, la pre-asamblea de mujeres de la 26° Asamblea General reunida en Leipzig, elevó al plenario diferentes propuestas para lograr avances sustantivos hacia la equidad entre hombres y mujeres, en las iglesias y en la sociedad.

Entre ellas, la promulgación de una Confesión de Fe sobre la Ordenación de Mujeres, constituye una piedra fundamental para el reconocimiento del rol de las mujeres dentro y fuera de las congregaciones, e invita a iglesias que aún no permiten ejercer el ministerio pastoral al género femenino, a rever la fundamentación de sus posturas.

Dios, a través del Espíritu Santo, llama a mujeres y hombres a participar plenamente en todos los ministerios de la iglesia. Esta declaración testimonia nuestra creencia de que las mujeres y los hombres fueron creados igualmente a la imagen de Dios y que por lo tanto deben ser tratados con igual respeto y dignidad.

El Secretario General Rev. Chris Ferguson resaltó que la aprobación de esta declaración es un paso importante, pero la justicia de género no se limita a la ordenación de mujeres. Ahora, el plenario debe resolver el consenso sobre las propuestas complementarias, entre las cuales aparece la solicitud de establecer un plazo límite para exigir la adopción de la declaración por parte de todas las iglesias miembro.