«El desarrollo debe darse en el cuidado de la creación, no en la destrucción, el desarrollo es el cuidado que genera luz, esperanza y vida. Somos creados para la eternidad, en el bienestar de una vida integral, el ser humano es holístico y todas las fuentes de vida contribuyen a su propio bienestar.
En un mundo y un continente donde predominan las fuerzas de la muerte y la destrucción, la lucha fundamental es por preservar y mejorar las formas de vida, el criterio orientador de toda reflexión teológica deberá ser la opción por la vida y la lucha en contra de todas las manifestaciones de muerte. Como expresa Gustavo Gutiérrez: «Dios se opone a la muerte, porque es el creador y dador de Vida».