El Consejo Latinoamericano de Iglesias rechaza enfáticamiente el Golpe de Estado en Bolivia y la utilización de la Biblia para justificar la violencia y la discriminación. Compartimos las palabras del hermano Rev. Jorge Zijlstra, del Sínodo Presbiteriano Boriquén, de la Iglesia Presbiteriana de EUA, en Puerto Rico.
(…) Creemos que el intento de legitimación de posturas político partidistas en nombre de Dios, además de impropio y muy peligroso, es contrario al mandamiento que advierte sobre no tomar el nombre de Dios en vano. Por esto reiteramos, en nuestro nombre no, porque quienes así actúan -aún cuando vengan con la Biblia bajo el brazo como los escribas- lo hacen con toda una intencionalidad de mantener la opresión lo cual va contra los designios de Dios. Tales agendas buscan -para decirlo con el lenguaje del evangelio- dividir el reino para poder destronar al hombre fuerte, para atacar su casa y entonces lograr su verdadero fin, que es saquear sus bienes y su casa, como bien lo expresa el texto del Evangelio de Marcos 3: 20-29. Algo de esto percibimos en las situaciones que estamos viendo en nuestro continente. Se generan crisis en los países, pero las mismas tienen su origen en otras latitudes desde donde se está dando una batalla sin cuartel para ver quién se queda en posesión de esas “casas” (oikos en griego) que tiene tantos bienes para saquear: litio, petróleo, gas, minerales, bosques, agua, según el caso de cada uno de los países en “crisis» en nuestro continente.
«Y se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan.
Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí.
Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú,
y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.
Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas:
¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?
Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.
Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.
Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer,
sino que ha llegado su fin. Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte
y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa.
De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos
de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean;
pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo,
no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.
Marcos 3: 20-29