Jóvenes de AIPRAL: Ser esperanza y dar consuelo

Desde mayo, las y los jóvenes de iglesias miembro de AIPRAL y de comunidades hermanas, fueron construyendo un espacio de encuentro, acompañamiento y apoyo, a través de las experiencias comunes, a través del intercambio, a través de la reflexión bíblica, la adoración y la oración. Usando las herramientas digitales que irrumpieron de forma extraordinaria en nuestro cotidiano, se realizan encuentros quincenales, donde poder «hacer frente» a la pandemia, fortalecer los vínculos y compartir la esperanza.

El viernes 24 de julio se realizó el último encuentro y ya se está proyectando y trabajando para el próximo. ¡Estamos! es una posibilidad de acercarse, con el mismo movimiento, con jóvenes de mi misma comunidad y jóvenes de otras iglesias, en otros países, en otros contextos. La virtualidad se impuso en nuestra vida cotidiana, y nos permite encontrarnos como familia latinoamericana, evangélica, reformada, y seguir tejiendo lazos, con una frecuencia que quizás antes, no eramos capaces de dimensionar. Y el espacio de encuentro es plataforma: donde hacer un alto, juntos y juntas, a ver lo que sucede alrededor. Personas de realidades diversas, afectadas de diferente manera por la pandemia, compartiendo el dolor y la pérdida, pero también la esperanza y el consuelo. Y también es plataforma para lanzarnos y proyectar como podemos ser Iglesia en tiempos difíciles, y pensar como queremos ser Iglesia mañana.

Los encuentros son moderados por la directora de juventud de AIPRAL, TS. Lucía Maureliz. En la edición anterior, se contó con la participación especial de la vicepresidenta pres. Letty Heredia, quien compartió una reflexión basada en 2 Corintios 1:3-7. Compartimos a continuación un resumen de la misma en video, así como el texto completo.

Firme es la esperanza

Pres. Letty Heredia
Cuando pensamos en el año 2020 y Covid-19 ¿qué palabra o frase nos viene a la mente?

Preocupación, dolor, enfermedad, muerte, incertidumbre, desolación…

Estamos viviendo un momento histórico. Habíamos leído acerca de pestes, plagas y pandemias en los libros de historia de la humanidad, pero ahora nos tocó ser parte de esta historia de Covid-19. Siempre en medio de toda circunstancia, me pregunto ¿Cuál es el propósito de Dios para nosotros en esto?

Me atrevo a preguntarles a la juventud reformada de América Latina y el Caribe ¿Cuál es su propósito en medio de sus familias, comunidades, congregaciones y como organización?

 

Consuelo y Esperanza: El Dios de toda consolación

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. Pues, así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo. Si sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación; y, si somos consolados, es para que ustedes tengan el consuelo que los ayude a soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros padecemos. Firme es la esperanza que tenemos en cuanto a ustedes, porque sabemos que, así como participan de nuestros sufrimientos, así también participan de nuestro consuelo.

2 Corintios 1:3-7 NVI

Muchas personas se han visto afectadas, en cuanto a la salud se refiere, en la pérdida de un ser querido, en lo económico (desempleo y los pequeños comercios que cerraron). Estamos viendo sufrimientos físicos, emocionales, espirituales, sociales y políticos.

 

El consuelo

Dios nos consuela cuando más se necesita – 2 Cor 1:4 -Proviene de Dios.

Dios no nos abandona en momentos de necesidad … Nunca te dejaré ni te abandonaré. – Heb 13:5 b – Es otorgado “por Cristo”.

Para nuestra consolación abunda también por Cristo – 2 Cor 1:5 – Para recibir el consuelo que viene de Dios, entonces, debemos estar “en Cristo” a través de la oración y el estudio de Su Palabra.

Para consolar a otros… Para que podamos ser capaces de consolar a los que están en cualquier problema – 2 Cor 1:4 – El consuelo de Dios que ofrece por medio de Cristo está diseñado para ser compartido.

 

El agradecimiento (mezclado con la adoración…)

Pablo empezó el texto con estas palabras: Bendito sea el Dios y Padre… – 2 Cor 1:3 – El “verdadero consuelo” que había recibido que lo movió a alabar a Dios. Debemos estar dispuesto(a)s a desarrollar las relaciones necesarias para tal consuelo Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, que alentemos a los de poco ánimo, sostener a los débiles, ser pacientes para con todos.

¿Cómo son las relaciones con quienes nos rodean?

Conclusión

Regresar a la “cotidianidad” como era la vida a principios del año 2020 todavía está muy lejos. Incluso cuando se alivien las restricciones impuestas para hacer frente a la pandemia de covid-19, el coronavirus seguirá afectando nuestras vidas de muchas maneras.

¿Qué volverá a ser como era antes y qué podría cambiar para siempre?

Nuestra nueva realidad

Cambios en la forma de comunicarnos, las plataformas virtuales ahora son la norma, ¿para quienes? El transporte público ha cambiado, viajar entre ciudades o países es casi imposible. Cambios en la manera de estudiar y trabajar, ahora lo podemos hacer remotamente desde nuestras casas, antes soñábamos con la posibilidad de ir a estudiar al extranjero y
ahora podemos estudiar en cualquier universidad internacional desde casa a través de una plataforma digital.
Y… ¿si nos quedamos así? ¿Cómo serían las relaciones personales?

Procuremos el balance entre lo virtual y lo presencial. La experiencia virtual nunca superará la presencial: pasear por la playa, una cena con seres queridos, las celebraciones, el servicio de adoración, entre otras más. Valoremos los momentos y recreémoslos cuando nos sea posible.
Parafraseando el texto de Pablo a los Corintios:

Firme es la esperanza que tenemos en ustedes, juventud de AIPRAL. Ustedes son la generación puente o transición entre lo que es y lo que habrá de venir. Dios está usando esta situación para empujarnos a un momento nuevo.

Este año en mi país de origen sucedió un cambio político importante. Fue impulsado por jóvenes, se levantaron y protestaron pacíficamente exigiendo unas elecciones transparentes y en menos de 6 meses el mapa político cambió. Creo en la juventud que empezó un movimiento de justicia, son la esperanza nuestra de crear algo mejor.

Martin Lutero, quien fuera el precursor de la Reforma Protestante, no pudo ver en vida el resultado, la magnitud de su protesta e impacto de sus enseñanzas. Hace 3 años celebramos 500 años de este movimiento; y fue un tiempo difícil de padecimientos pero él se mantuvo firme en su fe y pensamiento, mirando más allá de las circunstancias del momento. Vivan con esperanza.
Vivir con esperanza en medio de tiempos difíciles solo se logra cuando somos constantes en la oración y el estudio de la Biblia. Cuando entendemos que cada dificultad puede ser un medio que Dios nos provee para renovar nuestra visión, si nuestro enfoque cambia en medio de la aflicción y el sufrimiento, podremos consolar a aquellos que están pasando por situaciones difíciles.

Dios nos está preparando para ser esperanza y consuelo para quienes están a nuestro alrededor y ser agentes de transformación. Esta nueva realidad adquiere otro sentido porque sabemos que Dios puede usarla para glorificarse en nuestras vidas y en la vida de los demás. Ahora, con otro enfoque, pensemos en una frase de esperanza y consuelo para los tiempos venideros.