En gratitud por la vida de Juan Stam

La familia reformada latinoamericana despide al gran teólogo y pastor Juan Stam, manifestando nuestra gratitud a Dios por su misionar, multiplicando sus dones en quienes escuchaban su prédica abierta y cálida. Acompañamos en oración a su compañera Doris y a toda su familia.

Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida

dice Apocalipsis 2:10 y suenan como palabras justas para inspirar nuestra gratitud a Dios por la vida de Juan Stam. Con su calidez pastoral, lucidez profética y gran sabiduría abrió los siete sellos con los que el fundamentalismo había encriptado el libro de Apocalipis y lo compartió como libro de esperanza para los pueblos oprimidos, especialmente en nuestra America Latina y Caribe.

Dejó Estados Unidos para quedarse por siempre en Centroamérica. Maestro coherente, con gran amor por el campo, teólogo, escritor, gran luchador por la justicia son algunas de las expresiones que regalan quienes han sido sus exalumnas/os.

Impactó por siempre a sus estudiantes con la “Teología del banano”. La mata del banano concentra toda su energía para dar un racimo y luego muere. Sin embargo, a su alrededor, deja muchos hijos, que pueden seguir dando frutos.

Oramos por su esposa y compañera Doris Stam, por su hija Beky y sus hijos Ricardo y Roberto y el resto de su familia. Oramos por sus incontables “otros hijos e hijas” que supo adoptar en sus clases, conferencias y vecindario.

 

Hasta luego Maestro,

hasta que por fin te encontraste

con tu Señor Jesús,

esa era tu más cierta profecía.

Rev. Obed Vizcaíno

Maracaíbo, Venezuela