Iglesias frente a la pandemia

Qué exige Dios de nosotras y de nosotros: Discernir, confesar y dar testimonio en tiempos de Covid-19 y el después: con este título se desarrolla este año el proceso de discernimiento de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas. AIPRAL participó presentando las perspectivas y acciones de sus iglesias miembros, en la sesión del pasado miércoles 23 de junio. A continuación compartimos imágenes, resaltados y parte del material audiovisual que se compartió con la familia reformada mundial.
Foto de portada: Daniela Hernández

El ciclo de discernimiento COVID19&Después sigue encontrando a regiones y programas de la CMIR para orar, reflexionar y proyectar juntas las líneas de acción como una comunidad global.

En el Salmo 11:3, frente a una crisis aparentemente insuperable, el salmista se pregunta:

Cuando los fundamentos son destruidos, ¿qué pueden hacer las personas justas?

Como una koinonia global llamada a la comunión y comprometida con la justicia, ¿de qué manera específica estamos siendo llamadas y llamados a ser una comunión en estos tiempos trascendentales?

El Secretario General de CMIR, Rev. Chris Ferguson, invita a pensar con estas palabras, sobre el actual tiempo apocalíptico y encontrar en los signos de los tiempos la vocación de una iglesia activa y presente con quienes más lo necesitan. En ese contexto, la última sesión del ciclo de discernimiento, comenzó con una exposición del programa Nueva Estructura Económica y Financiera Internacional -NIFEA. Esta iniciativa trabaja desde años en repensar el sistema mundo a partir de las injusticias sociales sobre las que se fue edificando: particularmente, el expolio de materias primas y personas esclavizadas sobre la que construyó su riqueza el Norte del globo. Sobre esto, proponen iniciativas de incidencia pública al más alto nivel para el jubileo de las deudas soberanas de países en vías de desarrollo, así como la promoción de la justicia fiscal a través de impuestos a las grandes multinacionales y transacciones financieras (Campaña Zaqueo).

En segundo lugar, la vicepresidenta de AIPRAL, Letty Heredia, junto al Secretario Ejecutivo, Rev. Dr. Darío Barolin y la directora de Mujeres, Rev. María Jiménez, introdujeron las presentaciones audiovisuales que graficaron la realidad de nuestra región.

Para finalizar, se presentaron imágenes de nuestras iglesias miembros en acción. Compartimos parte de la presentación realizada por nuestro secretario ejecutivo, dando cuenta del misionar de la familia reformada continental:

Compartimos algunas imágenes de acciones concretas que nuestras iglesias realizan en sus contextos. Aunque la mayoría de nuestros miembros son iglesias pequeñas, muestran un activo compromiso diacónico ante las necesidades de comunidades, barrios y pueblos donde se encuentran. Necesidades que se multiplicaron a causa de la pandemia. Nuestra región está acostumbrada a las crisis, vivimos en ellas. Sin embargo, siempre la hemos vivido juntas y juntos, abrazados, sosteniéndonos las unas a los otros. Pero esta vez, el distanciamiento físico nos impidió inicialmente ejercer nuestras fuerzas comunitarias. Poco a poco, fuimos encontrando nuevas formas de pelearla en comunidad. Una de las necesidades a superar, es la del alimento diario: así se multiplicaron acciones de entrega de alimentos, kits de prevención contra el covid, ollas populares. Estas son hechas con recursos propios, o gracias a solidaridad y cooperación de otras iglesias hermanas: por ejemplo ayuda del Partnership Found para la Iglesia Cristiana Reformada de Honduras, luego de los huracanes que azotaron la región.

También recrudecieron otras situaciones, como la violencia de género, y alguna iglesias pudieron adoptar líneas telefónicas y espacios de escucha, acompañamiento y asesoramiento, como la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.

La migración siguió su camino, México es un lugar de tránsito indispensable. Gracias a Dios tenemos  allí hermanas y hermanos que sirven a quienes emigran: la Comunión Mexicana de Iglesias Presbiterianas y Reformadas les asiste, «recargando energía para el camino».

Lamentablemente el contexto de pandemia también fue el momento propicio, para que en varios países se impulsaran leyes y medidas de gobierno, aprovechando la imposibilidad de reacción popular. No obstante, hubo situaciones que se tornaron insoportables y se produjeron, aún en medio de la pandemia, grandes movilizaciones sociales: en Chile, en Perú, en Colombia. Allí las iglesias han visibilizado las situaciones concretas de sufrimiento, sino que han discernido que es necesario trabajar sobre las causas primeras de la exclusión y el empobrecimiento. Tal es el trabajo y misión que lleva adelante la Iglesia Presbiteriana de Colombia.